No eres bruja, por lo tanto no puedes predecir el futuro.
Si algo has aprendido todo este tiempo es que los juicios acerca de tu futuro más lejano, siempre son inciertos. El sino cambia a su parecer, juega a su antojo con nuestras almas y reformula nuestras vidas como le viene en gana.
Tu mente, como la de cualquier adolescente viaja a lugares insospechados, sin saber que todas esas divagaciones pasan factura, y que todas y cada una de ellas van a hacerte llorar hasta el punto de hundirte hasta el nivel -10.
15 años y toda una relación por delante, lo único que hiciste es imaginar cómo serían los días con él, cómo sería una vida junto a él, pero nada más… no imaginaste gran cosa porque algo en ti sabía que no llegaría lejos, que todo terminaría, por mucho que luchases, por mucho que intentases sacar a flote algo que llevaba muerto mucho tiempo. Demasiado ciega para tantas señales. Señales acústicas y de humo… Humo fue en lo que se convirtieron todos esos sentimientos que tantas noches te mantuvieron en vilo.
Pese a todas las caídas y sucesivas remontadas, nada ni nadie te ha hecho perder jamás la fe en el amor. Sabes lo que ello significa, sabes que es vital y necesario para una persona. Amar, y ser amado. Corresponder y ser correspondido.
Alguien, y él lo sabe bien te hizo volar. Te atontó, te enamoró más que ningún otro, te quiso, te comprendió. Aquellas tardes tirados en el sofá, en el parque, en la cama, donde fuese. Aquellas conversaciones sobre todo lo que iba a ser vuestro futuro. Vuestra casa, vuestros dos niños, los nombres, los muebles, los viajes… todo, todo, todo parecía tan perfecto… de hecho no lo parecía, sino que lo era. Has seguido enamorada de él después de todo este tiempo, sabes que siempre guardarás esos momentos, esas sonrisas, esa complicidad, esas intenciones de que él fuese el padre de tus hijos... En definitiva, siempre lo recordarás como un GRANDIOSO Y BUEN RECUERDO.
Todo lo que empieza acaba, y acabó. No sabes si tenía que ser así, lo propiciasteis, o lo buscasteis, el caso es que dolió más que una flecha en el corazón.
Un año pasó desde entonces, desde aquel adiós, desde que decidisteis seguir pensando que jamás se acabaría lo vuestro, que aunque no fuese el momento, volveríais, cuando fuese, pero que estaríais juntos.
No sabes lo que pasará mañana, lo que HOY tienes claro es que has encontrado a una persona genial, distinta y que te hace sentir como una princesa, que todo lo que digas es poco para definirlo. No quieres pensar en el futuro, quieres vivir día a día lo que te regala, los besos, las caricias, todo eso que hace que vuelvas a sentir mariposas en el estómago. Todo eso que creíste olvidado, todo aquello que no querías sentir… Pero al fin y al cabo nadie puede resistirse a la fuerza del amor.
Ayyy el amor.
ResponderEliminarDolor, pasión, dolor, cariño, dolor, pasión, tontez... otra vez dolor.
Tanto amor entregado merece la pena en ese instante, en esos meses, en esa vida.
Lo peor es cuando se acaba. Reproches, lágrimas, dolor, rabia, ansiedad, dolor, incertidumbres, recuerdos, dolor, ganas, iniciativas... Otra vez dolor.
¿Y la intención de intentarlo de nuevo? ¡Bah! te digo que es inutil. Ya lo has probado, ¿Verdad? De que valió... de nada. Tan solo es una pérdida de tiempo.
Disfruta del ahora, del con quien, del como y no mires atrás. Todos somos iguales. Somos hombres. Somos "carne con ojos"
El hombre sensible,amoroso, colaborador, confidente, amigo; es casi otro euromillones. Es decir, una lotería.
El filtro ha de ser el tuyo, la criba ha de ser justa. No exijas mucho al mercado. Pocos reunirán todo lo que buscas. Verás.
Suerte en el camino, disfruta, goza y si el caballero andante (que no armado) no aparece, quizá sea porque su caballo no conoce el camino a tu castillo. No pasa nada, siempre tendrás a la gente que AHORA está a tu alrededor. La de siempre y la recién llegada, esta última que no es la que la vida te ha puesto por imperativo es la que deberás escrutar y calibrar.
De esa gente, quédate con los mejores y como dice una que tu y yo sabemos: Quien bien te quiere...
Lágrimas de felicidad y de dolor del alma son las que quiero ver en tus mejillas, las demas, límpialas de un manotazo, esas lágrimas son dulces. Las verdaderas son amargas, muy amargas.
Un beso y un abrazo de más de seis segundos que son los que más me gusta darte.