Excursión de fin de curso.
Durante este año has pasado muchas cosas, demasiadas quizás. Has tenido que sufrir una temporada de acoso escolar por no dejar tus deberes a tus compañeros. Bolitas de papel sobre tu cabeza, amenazas, broncas y expulsiones. Pese a esto, un hecho que te hizo empezar a confiar en ti misma: después de 4 años ya no llevas esos malditos brackets que tantos problemas te han traído. Has dejado baloncesto de manera seria porque has entendido que es más importante la altura que la técnica y la táctica, al menos en estos niveles. No eres una pusilánime, pero te hubiese gustado que valorasen tu trabajo.
Vais a pasar el día a Madrid, PARQUE DE ATRACCIONES.
Es genial, te encanta sentir al máximo la adrenalina, te encantan los riesgos, aunque sabes que esto nada tiene que ver con, por ejemplo, saltar desde un avión y tirarte en paracaídas. No tienes miedo a nada, absolutamente a nada. Un gran día, grandes sucesos, acercamientos y complicidad.
ÉL, ÉL, ÉL, aquel del que te has pasado hablando desde que entraste en el instituto, aquel por el que has pasado millones de momentos malos, aquel, en definitiva del que estás enamorada hasta la médula.
Alguna vez lo habíais hablado. Querías que te hiciese el favor de darte tu primer beso. Quizá seas la única de tus amigas que nunca ha besado a un chico, pero te da igual. No has tenido la oportunidad, ni has querido. Consideras que es algo demasiado especial que no querrás olvidar nunca.
Durante todo este año habéis estado más cerca que nunca. MAPS.
Sabías que si os besabais jamás podrías olvidar ese momento, ese sabor, esa sensación de mariposas en el estómago. Sabías que después de eso podrías enamorarte más que nunca, podrías pensar que podría pasar algo más entre vosotros. Podrías soñar con lo que ya soñaste que se hiciese realidad.
Has sufrido y has llorado mucho hasta llegar hasta aquí. Decidiste arriesgarlo todo para conseguir tus propósitos, como siempre haces. Nada que perder a parte de tu dignidad, pero quizá mucho por ganar.
Pasa lo que tenía que pasar. Un autobús. Dos besos que hoy te resultan casi graciosos. Nada que ver con los besos de verdad, pero en ese momento fueron mágicos para ti. Tan mágicos que por unos instantes se te cortó la respiración. Quizá no disfrutaste tanto del momento como hubieses querido. Mente y alma en funcionamiento. Equilibrio. Maldito equilibrio que no te dejó saborear al 100% el momento.
Quizá sea una característica de tu carácter. Demasiado influida por el Renacimiento y por Garcilaso, y muy poco por la ruptura radical que supone el Manierismo o el Barroco.
Al día siguiente estabas en una nube. No habías dormido en toda la noche recordando lo que había pasado. Al día siguiente él mejor que nunca, cariños, arrumacos y ternura. Fin de curso. Un botellón y tu primera borrachera. Un día de cine, una mentira y tu peor verano. 3 meses castigada por mentir. Jamás les perdonarás a tus padres que por una mentirijilla piadosa te perdieses el que podía haber sido el primer gran verano de tu vida. Siempre se lo recuerdas.
Siempre maldices ser la mayor y siempre maldices las duras represalias que han tomado en tu contra. Demasiada hiper-protección, demasiada poca autonomía exterior pese a la increíble libertad interior. No es envidia, es rabia.
“Te extraño – UPA Dance”. Tienes que eliminar esas canciones del Ipod. Demasiados recuerdos. Demasiado peso.