- Tres, ¿tú?
- Ninguna
- Tía, es imposible.
- ¿Por?
- No sé, fijo que alguna vez te has sentido como en las nubes, con ganas de que fuese para siempre… no sé.
- Pues no.
Sigues pensando que es imposible. Que vale que a lo largo de tu vida has sentido atracción física o sexual por muchos chicos, pero también has sentido amor.
A veces desearías no haberlo hecho, pero la razón no controla al corazón. El corazón es como un ave, un alma libre que vuela por encima de nuestras cabezas sin saber dónde parará. Es como el dios Cupido, que con sus flechas es capaz de hacer el mejor bien y el peor mal.
Un vaso de leche y al ordenador. Jornada nocturna de Tuenti, es viernes y no tienes ganas de salir. A cambio de quedarte en casa, recibes una fantástica velada: conversaciones entretenidísimas con tus colegas riosecanos, idas de pinza, conversaciones triple X , y música.
More de Usher suena cargándote de ganas. Da igual, ya no vas a salir.
Te pones a charlar con tu hermana, a contarle cosillas, pensamientos. Ella siempre igual. Pasando de todo, hasta de ti cuando le cuentas algo interesante. Cosas de la edad. 16 años y toda una vida para darse ostias y madurar. Piensas que con su edad tú ya habías madurado, estabas centrada en tu vida y en tus estudios. Tenías novio estable y formal. Da igual, somos polos opuestos.
Estás tan cansada que decides acostarte. Hoy no toca escuchar música. Apoyas la cabeza en la almohada y cuando te das cuenta, vuelve a ser de día.
Te levantas, te duchas, estudias y haces un poco el vago. El mismo procedimiento de cada sábado que te quedas en Valladolid. No tienes planes, ni ganas de hacerlos. Tus padres se van de paseo y te quedas sola en casa.
Pones el Soundround a toda pastilla. MORTAL FM. Tus éxitos house y dance preferidos. Demasiada publicidad. Decides coger el primer CD que encuentras. El Barrio.
De repente, suena tu móvil. Es tu ex. Quiere verte: “No podemos dejar así las cosas, tenemos que vernos. Desde lo del otro día no he dejado de echarte de menos”
Mismo banco.
Bajáis al centro a tomaros unas cañitas. Hace buenísimo así que decidís sentaros en una terraza. Vuestras miradas se pierden en la infinidad de los ojos del otro, queréis pero no sabéis como, ninguno de los dos sabe cómo dar el primer paso. Finalmente, como hay confianza, decides lanzarte tú. Os besáis. Os fundís en un largo beso, en un beso tierno a la vez que pasional, en un beso que te hace recordar. Shhh frenas tu mente. Los recuerdos los dejas para otro momento, ahora decides disfrutar. El mundo se vuelve a parar. Dejando que pase el tiempo... como si nada hubiese a vuestro alrededor, solos él y tú contándoos la vida, mordiéndoos el alma, pensando en el futuro, riendo hasta llorar, sintiendo sin parar.
Hora de volver a casa, no quieres, estás tan a gusto con él… Pides al cielo que el mundo no siga su curso, que todos desaparezcan.
Por un instante, los remordimientos te asaltan: ¿estás haciendo lo correcto?
Él, como si de un mentalista se tratase, te dice -Alba déjate llevar. Así es. Os dejasteis llevar por el calor de vuestras almas, de vuestro fuego interior, de vuestras ganas de amaros y de vuestras ganas de vosotros. Vuestros cuerpos se unieron para convertirse en uno solo. Suena agresivo y poco romántico, pero es el reencuentro más bonito que jamás nadie haya vivido. A la luz de la luna. Dos cuerpos, dos almas gemelas amándose. Te abraza tan fuerte que te corta la respiración.
De su boca, dos palabras: te quiero
De la tuya otras dos: para siempre
Llegó la hora de la despedida, no queréis, pero la noche se hizo corta. Hasta la propia eternidad sería efímera para vosotros. Estáis en una nube y no queréis bajar. Te acompaña hasta la puerta de casa. Besos, besos, más besos.
- Hasta mañana enana
- Hasta mañana guapo
Subes las escaleras de tu portal, llegas a casa y abres la puerta. Todos están dormidos. Tienes ganas de contarle todo a tu hermana. -Seguro que se alegra- piensas.
No tienes ganas de dormir. Ninguna, solo de soñar despierta, de pensar en lo que ha pasado. Un sms: “Me ha encantado, jamás me había sentido tan dentro de ti. Sigo enamorado”.
Te encantaría contestarle pero no es el momento. Tú no estás segura de querer algo serio. Estás muy bien como estás y os conocéis. Sois iguales y discutís por todo. Mañana será otro día.
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